El día en que nació, Casimira pesó 3 kilos. Bueno, 3 kilos no, pero casi: 2 kilos y 999 gramos.
Recién nacida, su mamá la cogió y dijo:
-Mírala, que ojitos tiene ¡Es idéntica a su padre, Casimiro! Te llamarás como él. Bueno, casi igual que él. Casimira será tu nombre, pues a mí me parece bien bonito.
Creció Casimira y fue feliz. Con sus amigos jugaba mucho y tan solo una cosa odiaba: era su nombre, Casimira; un auténtico fastidio.
«¡Qué horterada! -piensa ella- ¡Eso suena muy antiguo!»
-“Casimira” no me gusta. Llamadme “Casi”, solo Casi. Así yo estaré contenta.
Casi siempre tuvo suerte. A ver, siempre, siempre… no, pero casi. Una vez viajó en avión y por poco no lo cuenta. Los motores se pararon y casi, casi, se estrellan. El avión caía en picado.
– ¡Ay! ¡Ay!¡Ay! ¡Que nos la damos! -gritó Casi-. Mas el piloto fue muy hábil y suavemente tocaron tierra.
La suerte, caprichosa, no siempre le sonreía. A la lotería jugó una vez. Solo una vez su vida. ¡Que le toca! ¡Que le toca! ¡Pues no!… Pero casi; por un número no fue rica.
Casi no tiene hijos, pero casi. Se enamoró una vez de un hombre de carácter muy risueño, casi tanto como ella. De hecho, llegó al altar. Pero, mira tú por dónde, cuando al novio preguntaron «¿Quieres casarte con Casi?» Él respondió en voz baja:
– Pues….pues no… pero casi.
Y el novio se dio a la fuga y Casi se quedó compuesta.
Casi ya es una anciana; es vieja. Tiene noventa y nueve años, casi cien. Para ser centenaria, tan solo un día le queda. Pero ella, que se conoce, prefiere no esperar. Llama a todos. Les invita:
– ¡Venid hoy a casa! ¡Celebremos una fiesta! No esperemos a mañana ¡Que la tarta ya está hecha!
Casi mira alrededor; ha venido mucha gente. Con un poquito de ayuda, Casi sopla las velas. Casi come chocolate, reparte besos e historietas. Tanto se viene arriba que Casi baila y taconea.
Ya es casi es medianoche, cuando Casi ya se acuesta. Sobre la mesilla, una foto. En la foto se ve a Casi, casi recién nacida niña, y a su mamá que coge, que la cuida. Casi la mira y sonríe. Ella se siente está cansada, pero también está contenta. Casi cierra los ojos, tranquila. Casi se queda dormida. Buenas noches, Casimira.